La Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), que me honro en dirigir, ha librado desde sus comienzos una cruzada por la libertad y la justicia laboral. En todo momento hemos echado mano del diálogo y de la conciliación, como nuestras principales herramientas, para enfrentar cualquier controversia, pues sabemos que siempre existirán diferencias en las relaciones entre los empleados y sus patrones.
En la CATEM tenemos claro que se deben respetar y proteger los derechos de todos los trabajadores mexicanos, independientemente a cuál sindicato o ideología pertenezcan; para los líderes catemistas esto es una prioridad.
Ese es el ejemplo de lo que sucedió en Aguascalientes, donde compañeros de la empresa NISSAN nos dieron a conocer su inconformidad porque su empresa no les cumplió el pago de un derecho que está inscrito en la Ley: el reparto de las utilidades que también pertenecen a la plantilla laboral.
Sabemos que es otra central sindical la que mantiene el Contrato Colectivo de Trabajo de NISSAN en esa entidad, pero para la CATEM no hay banderas ni límites cuando se trata de apoyar a los trabajadores, especialmente cuando no se sienten representados por sus líderes, porque los han dejado solos y están muy lejanos de ellos.
Sin dudarlo, la CATEM se unió a los empleados para apoyarlos en la demanda del cumplimiento de sus derechos; cientos de familias confiaron en nosotros para que les entregaran lo justo y legítimo, pues son empleados que han trabajado sin descanso con la camiseta puesta por la empresa.
En esta ocasión, el corporativo no les está respondiendo, pues les quieren entregar únicamente el 3.5 por ciento de lo que legalmente les corresponde, y eso no lo podemos permitir porque, además de ser un derecho, la contingencia sanitaria hace más compleja la situación económica de los trabajadores y no se vale querer quitarles lo que a sus familias les corresponde.
Por ello la CATEM acompañó, y acompañará siempre, a los trabajadores. No importa a cuál sindicato pertenezcan; lo realmente importante es unir fuerzas para salir adelante y lograrlo pensando en el bienestar de los mexicanos. Esta contingencia ha evidenciado aún más la falta de liderazgo de aquellos que siempre han encontrado en el sindicalismo una posibilidad de enriquecerse a costilla del obrero y del empresario.
Por el contrario, en la CATEM hemos hecho valer nuestra tradición de dirimir cualquier conflicto de manera pacífica y ordenada. Reiteramos: nunca haremos oídos sordos a las legítimas demandas de los trabajadores. La confianza de los trabajadores se gana día a día y no debe ser defraudada. Vamos de la mano de quienes todos los días se parten el alma por sus familias, en la CATEM no dejaremos nunca de alzar la voz junto a los trabajadores.
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