A pesar de que la emergencia sanitaria del Covid-19 sigue dictando la línea del ámbito económico global, los países firmantes del tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), continúan avanzando en la ratificación del documento, con miras a ponerlo en marcha en cuanto la cuarentena lo permita.
El pasado viernes, el gobierno de Canadá notificó a Estados Unidos y a México que concluyeron sus procesos internos jurídicos para que el tratado pueda entrar en vigor; unas horas más tarde, la Secretaría de Economía de nuestro país hizo lo propio.
Ello significa que la mesa está puesta para que Estados Unidos termine el protocolo de notificaciones y pueda entrar en vigor un acuerdo que aportará mucho a la lastimada economía de estos tres países.
Una de las controversias del T-MEC que más ruido hizo fue la suposición de que Estados Unidos enviaría supervisores laborales a nuestro país para ir evaluando el cumplimiento de las reglas del acuerdo; ello debido a que México debía llevar a cabo ajustes y mejoras a la situación de los trabajadores.
Todo ello se incluyó en la Reforma Laboral aprobada en abril de 2019.
Al respecto, el Subsecretario para América del Norte, Jesús Seade Kuri, afirmó —en diciembre de 2019— que no había tal figura de “supervisor”, sino que sólo serán agregados laborales, cuya función es la de proveer asistencia técnica y recursos de cooperación, siempre respetando la legislación mexicana.
En CATEM sabemos trabajar en equipo y colaborar para que los proyectos salgan bien; por ello estamos conscientes, y somos respetuosos, de que las embajadas tengan a los agregados que les corresponden; pero no aprobamos a ningún supervisor laboral bajo ningún concepto.
Al respecto, ha sido muy clara la comunicación del Gobierno de México cuando dice que, bajo ninguna condición, entrarán “supervisores” extranjeros a ninguna empresa; las leyes mexicanas lo prohíben y en la CATEM estamos claros de que no lo permitiríamos.
Entendemos que la oposición partidista está conformada precisamente para ser eso: oposición. Estamos de acuerdo en que se señale lo que se puede mejorar, porque, al final de cuentas, todos somos mexicanos y a todos nos beneficiará o nos perjudicará si el país permitiera injerencias, como la anteriormente comentada.
Lo que definitivamente no es justificable, es provocar debates innecesarios como los de la “supervisión laboral” por parte de otro país en nuestra cadena productiva, pues eso incrementa la incertidumbre de los trabajadores, de los empresarios y todo ello impacta negativamente en la economía mexicana, a la que todas y todos estamos obligados a impulsar.
Por ello, en estos tiempos complejos, los invito a sumar por el bien de todos y, especialmente, de las nuevas generaciones, a quienes debemos legarles un mejor futuro.
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